top of page

Criando niños empoderados

  • Michal Berg
  • 11 dic 2019
  • 2 Min. de lectura

No importa en qué parte del mundo vivas o qué edad o sabiduría tengas, siempre hay un nuevo desafío que enfrentar. Esto va para todos nosotros, incluidos nuestros hijos.

¿Con qué frecuencia en tu hogar se escucha "es culpa del maestro", o "todo es culpa tuya", o alguna referencia a que sea culpa de un hermano? Mi conjetura es que sucede a menudo. A veces puede parecer que todo le sucede a nuestros hijos y nunca tienen una opción al respecto. O eso creen, y así nos lo dicen. ¿Cómo podemos ayudar a nuestros hijos a reconocer su poder, asumir la responsabilidad y no caer en la conciencia de víctima?


Todos sabemos que los desafíos (tanto los grandes como los pequeños) desencadenan a la persistente voz interior que nos dice que no podemos superarlos, que nunca tendremos éxito, o que la vida simplemente no es justa. Pero cuanto más enfrentamos nuestros desafíos y buscamos las lecciones, más fuertes y más capacidad ganamos.


Para ayudar a nuestros hijos a entender este concepto, podemos usar la analogía de un juego en el que tenemos que jugar contra un oponente. No podemos jugar torneos de baloncesto a menos que haya otro equipo contra el que estemos jugando, o ganar el siguiente nivel en un juego de computadora sin ser desafiado por el sistema informático. ¿Siempre es divertido, suave y fácil? De ningúna manera. Tenemos que enfocarnos y hacer un esfuerzo.


Ayudar a nuestros niños a ver cada desafío como una oportunidad de crecimiento les ayudará a sentirse menos asustados y estresados, y en su lugar más preparados conscientemente.

En el juego de la vida, el oponente es principalmente interno. Aunque parece que todos los desafíos son externos, la verdadera batalla está dentro. Estamos siendo desafiados con emociones difíciles que usualmente activan acciones reactivas.


Enseñar a nuestros hijos a detenerse antes de reaccionar y dar un paso atrás y observar lo que están sintiendo y cómo reaccionar mejor es el verdadero empoderamiento. Y cuando poseemos nuestro poder para elegir nuestras respuestas a la vida, no hay lugar para la culpa.


Cuando mi hija se enoja por algo que no recibió o porque algo no le salió bien, generalmente se pone triste. A menudo le digo: “Entiendo cómo te sientes, pero sé que tienes la opción de sentirte así o no. Depende de ti. "Este simple consejo le devuelve el poder a sus manos, haciéndole entender que sus reacciones y emociones son su elección. Es la única persona que puede cambiar cómo se siente o cómo actúa sobre sus sentimientos.


Enfrentar los desafíos con esta conciencia capacita a los niños para enfrentar sus dificultades y los ayuda a terminar con la dinámica de culpar a los demás. Ellos entienden que no es el padre o el maestro o el hermano quien detiene su felicidad. Los padres pueden castigar y los maestros pueden regañar, pero la forma en que nuestros hijos se van a sentir y reaccionar ante las situaciones depende de ellos.


No podemos prometer a nuestros hijos una vida sin desafíos, pero podemos ayudarlos a tener una mejor actitud hacia ella.



 
 
 

Comentarios


Entradas recientes
Archivo
Síguenos
  • Facebook Basic Square
  • Twitter Basic Square
  • Google+ Basic Square
bottom of page