El niño interior de tu hijo
- Michal Berg
- 9 jul 2019
- 2 Min. de lectura

Desde terapistas y psicólogos hasta entrenadores de autoayuda y maestros espirituales, todos nos hablan sobre nuestro niño interior, el niño interior que debemos dejar crecer, el niño interior con el que tenemos que reconectar, al que debemos abrazar, el niño interior que necesitamos sanar.
Pero ¿qué hay del niño interior de nuestros hijos? ¿Cómo podemos empezar este proceso de proteger y nutrir su niño interior ahora, antes de que tengan 50 años y estén en terapia?
Estar conscientes del trabajo que necesitamos hacer en nosotros mismos como adultos, no sólo empezará el proceso de sanación para nosotros, también nos proporcionará un punto de inicio para comenzar el mismo trabajo con nuestros hijos y crear un ciclo sano nuevo.
Aquí hay cinco maneras de nutrir tu niño interior y el de tus hijos a la vez:
1. Ríe con ellos: Toma ideas de tus hijos, ellos disfrutan reír mucho más que nosotros. Ellos intencionalmente tratan de hacerte reír. Ya sea haciendo caras chistosas en un espejo, o escuchando a alguien "echarse un pedo”, se ríen a carcajadas seguido y fuerte. Notarás que pueden empezar a perder esta boba cualidad conforme crecen. Trata de mantener las carcajadas como parte de tu vida familiar.
2. Juega con ellos: Platón hizo una observación inteligente: "Puedes descubrir más sobre una persona en una hora de juego que en un año de conversación”. Los niños juegan para divertirse, conectar, ganar, sorprenderse y para desafiarse a sí mismos. Nada más existe durante la hora de juego; están completamente concentrados. Disfruta estar presente, divirtiéndote y conectado con tus hijos.
3. Permanece curioso con ellos: ¿te das cuenta de cómo reaccionan los niños a una cosa nueva que nunca antes habían visto, la expectativa al abrir un regalo envuelto, ver a extraños cuando hablan, o descubrir un nuevo juguete? ¿Qué tan curiosos somos sobre la vida? ¿Pensamos que tenemos algo nuevo que aprender? ¿Acaso nos damos espacio para ser testigos y ver la vida con una nueva perspectiva? Nuestra visión de la vida y de nosotros mismos es limitada si no nos mantenemos curiosos.
4. Ayúdalos a sentirse seguros: Sentirse seguro es la llave para una relación sana contigo mismo y con otros. Invertimos mucho tiempo en cuidar a nuestros hijos del daño físico, pero el otro tipo de seguridad que necesitan los niños es un poco más complicada y necesita mucho más de nuestra atención. Mantenerlos emocionalmente seguros es escoger cuidadosamente las palabras que usamos con ellos y alrededor de ellos.
5. Confía en la Luz: Saber que la Luz es parte de todo lo que ha pasado o está pasando en mi vida es el mayor regalo que podemos darnos en nuestro proceso de sanación y a nuestros hijos, mientras crecen y se enfrentan con sus propios retos.
Preservar el espíritu interior de luz, juego, aprendizaje constante, seguridad y de sentido de la conexión es un regalo inmensurable que podemos dar a nuestros hijos, así como a nosotros mismos. ¡Imagina cómo sería el mundo con niños creciendo felices!
Preservar el espíritu interior de luz, juego, aprendizaje constante, seguridad y de sentido de la conexión es un regalo inmensurable que podemos dar a nuestros hijos, así como a nosotros mismos. ¡Imagina cómo sería el mundo con niños creciendo felices!

























Comentarios